Uno de los factores diferenciales
que hace que las organizaciones sean más exitosas y logren un mayor desempeño y satisfacción en sus equipos de trabajo, es
la comunicación efectiva. En este punto es importante aclarar que nos referimos
a la comunicación en dos dimensiones: interpersonal y organizacional.
Las compañías que combinan
comunicación efectiva y liderazgo, en la gestión de sus procesos internos son
aún más exitosas. Hay numerosa evidencia en la materia, pero esa no es la
intencionalidad de este post, sino más bien generar una reflexión en torno a
como los líderes empresariales y en general los altos directivos (Managers) y mandos
medios (Middle Managers) se comunican con sus equipos de trabajo y gestionan el
liderazgo, y cómo estos procesos impactan en la “performance” de la
organización y en el desempeño las personas que la integran.
Cuando nos referimos a una
comunicación interpersonal efectiva dentro de los equipos de trabajo
empresariales, hablamos de una serie de atributos que potencian los ambientes
productivos y generan mayor fluidez en las relaciones entre colaboradores. Atributos
como la asertividad, la escucha activa, la pertinencia, la oportunidad, la
conciencia en lo que se dice, la seguridad, el compromiso y el sano debate con
argumentos. Todos estos atributos componen lo que también se denomina en los
enfoques recientes del liderazgo y las relaciones humanas como comunicación
asertiva.
En la dimensión de la
comunicación organizacional, la efectividad de una organización puede depender
de la motivación y el nivel de satisfacción que los empleados sienten hacia su
trabajo; y en buena medida los procesos de comunicación organizacional son los
responsables de generar y sostener estos sentimientos. En este sentido se debe
evaluar la suficiencia de los espacios y canales de comunicación al interior de
la organización y si éstos propician espacios de colaboración, cooperación, diálogo
e interacción permanente entre las personas que componen las áreas y la
globalidad de la compañía o empresa.
Sin la adecuada gestión de estos
dos niveles de comunicación, quedan comprometidos aspectos vitales para una
empresa, que a largo plazo repercutirán en su buena imagen, e incluso pueden
llegar a afectar su desempeño general.
El liderazgo por su parte juega
un rol vital en aspectos tales como la superación de adversidades, la
redefinición y obtención de metas, la generación de valor agregado y la
motivación continua. Un buen líder al interior de la organización, no solo es
reconocido por ejercer el liderazgo, sino por saber delegarlo entre sus
“co-workers” o colaboradores. M. Guadalupe
Noriega nos define el liderazgo como un proceso de interacción entre personas
en el cual una de ellas conduce, mediante su influencia personal y poder, las
energías, potencialidades y actividades de un grupo, para alcanzar una meta
común a fin de transformar tanto a la empresa como a las personas que colaboran
en ella.
Esta reflexión nos conduce a unas
preguntas finales: ¿Gestiona su organización efectivamente el liderazgo?
¿Conocen sus equipos de trabajo sus expectativas frente a lo que la
organización debe hacer y frente a lo que usted considera vital para el logro
de las metas? ¿Apuntan sus equipos de trabajo hacia un objetivo en común? ¿Hay
una visión compartida? ¿Usted como líder conoce lo que piensan sus
colaboradores frente a esas metas? Sí estas preguntas le generan incertidumbre,
es hora de que se pregunte como gestiona usted como directivo, el liderazgo y la
comunicación en su organización.
Para concluir comparto un
videoclip de Stephen Covey, el autor de los 7 hábitos de la Gente Altamente
Efectiva, quien de una manera muy simple y didáctica, nos invita a pensar sobre
el liderazgo y la buena comunicación con nuestros equipos de trabajo.
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